«Todos tenemos la misma madre – explica Emanuele Cappelli – los humanos, los animales y las plantas. Somos la materia viva de un único ecosistema, la Tierra, fuente suprema de nuestra evolución. La historia de la humanidad, su búsqueda, siempre ha estado animada dentro de este sistema completo, orgánico, perfecto, pero en su principio pivote extremadamente simple.
Un sistema del que somos un eslabón hacia el futuro. La naturaleza, inspiradora suprema del arte y la ingeniería, nos ha hecho desear su emulación y así, guiados por nuestras emociones y estados de ánimo, hemos reproducido formas, colores, películas, palabras escritas, sonidos evocados. Pero mientras la obra o el proyecto busca replicar lo que ya existe, es un testimonio indispensable que impulsa al ser humano hacia la comprensión y la evolución. La educación académica pretende dar una respuesta para ser parte activa del tema universal de la Madre Tierra. Una respuesta/proyecto tan potente como una aurora boreal o tan ligera como el batir de las alas de una mariposa».
Naturaleza.
inspiración suprema.